BONARDA hija pródiga del piedemonte

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Para entender la espectacular evolución experimentada en la última década por la Bonarda es necesario conocer su origen, historia y los cambios articulados en el manejo del viñedo.

 

Se supone que fue introducida por inmigrantes italianos a fines del siglo XIX y llegó acompañada de la barbera, dolcetto, nebbiolo, grignolino, sangiovesse, buonamico, raboso veronés, tocai friulano, trebbiano, moscato bianco y prosecco.

El origen de estas variedades nos remite al Piemonte, Friuli y Toscana donde se habían cultivado desde tiempos inmemoriales llevando denominaciones locales.

Allí, existían diversas sinonimias, una misma variedad podía tener diferentes nombres y, también, distintas variedades eran denominadas de la misma manera. El nombre Bonarda se usaba para uvas tan distintas como croatina, nebbiolo o dolcetto. Muchas veces los viñedos no eran puros sino que estaban compuestos por varios cepajes.

La Bonarda se aclimató perfectamente en Cuyo

Traídas a nuestra tierra, se confrontaron con otros climas y suelos y corrieron diversa suerte. Algunas no se adaptaron bien y su cultivo fue decayendo.

La Bonarda se aclimató perfectamente y fue cultivada cada vez más. En 1936 contaba con 6.000 hectáreas. En 2001 llegó a convertirse en la segunda variedad tinta en extensión, con 15.000 hectáreas, sólo superada por la Malbec.

Tradicionalmente en Cuyo se la conocía como barbera, barbera Bonarda o Bonarda. En los años '60 el ingeniero Alberto Alcalde del INTA determinó que no tenía nada que ver con la verdadera barbera que también se cultivaba en la Argentina.

Por sus características ampelográficas tampoco se asemejaba a las Bonardas que aparecían en los libros italianos. En 1970 el ampelógrafo francés P. Truel determinó, durante un viaje a Mendoza, que correspondía a una antigua variedad francesa, la corbeau noir. Su nombre es una remembranza del cuervo, tal vez por el intenso negro de sus uvas.

Esta identificación no resolvió el dilema, por sus antecedentes, nuestra Bonarda no parecía provenir de Francia. Hoy tenemos una explicación probable. La corbeau noir es originaria de la Savoya francesa y del Piemonte italiano. Estas son zonas vecinas, separadas por los Alpes, y han estado tradicionalmente muy conectadas.

La denominación de los inmigrantes era correcta

En Piemonte, la corbeau se denomina charbono, tal vez una deformación dialectal. Con este último nombre es cultivada actualmente en Estados Unidos.

La Asociación de Cultivadores de Cepajes Italianos de California sostiene: "Se estima que charbono se originó en la Savoie, región de Francia, algunos piensan que es idéntica a la uva dolcetto del Piemonte y, de hecho, se encuentra allí como impureza en viñedos de dolcetto y barbera".

Estas opiniones nos hacen pensar que la denominación barbera bonarda que trajeron los inmigrantes no era equivocada. Las referencias de antiguas bibliografías sobre charbono dicen de racimos compactos de granos redondos, la predilección de los viñateros por su cultivo, un prolongado período de madurez, la necesidad de lugares cálidos y la calidad poco destacada de sus vinos...

Las características coinciden con los atributos de nuestra bonarda. La verdad es que en otras épocas tendía a producir en demasía, con extremado vigor y una tendencia, por mal podada y conducida, a sombrear mucho los racimos. Esto repercutía en la calidad de los vinos que resultaban con bajo color, delgados, herbáceos y poco alcohólicos.

Conclusión Es asombroso que la misma variedad manejada con técnicas vitícolas más racionales y elaborada con procesos adecuados está brindando, vinos de una calidad destacada. Su uva necesita un clima cálido, mucho sol sobre el racimo, menos producción y una maduración adecuada.

Las condiciones ideales se dan en San Rafael, donde está recomendada para la DOC, Maipú, las Zonas Norte y Este de Mendoza, el Valle del Tulum en San Juan y Chilecito en La Rioja.


Bonarda

Origen y sinonímia

Su denominación ha sido motivo de confusión entre cepajes cultivados en el Piedemonte Italiano. Aquí, existe una variedad llamada Bonarda Piemontese o Bonarda d' Astigniano. Así, la B. Piemontese sería la única y verdadera Bonarda.
Sin embargo, en Argentina la variedad llamada Bonarda o muchas veces Barbera Bonarda, no es la verdadera, sino que corresponde a una variedad francesa, llamada Corbeau francesa (mejor conocida como Douce noir).
Para el ingeniero Alcalde (en realidad Ferrante Alcalde) , ampelógrafo de las vides de Cuyo, sería prudente aceptar para nuestra Bonarda, la correcta denominación de Corbeau. 
Características
Posee racimos medianos, bien llenos. Las bayas son negro-azuladas, esferoides, con pulpa blanda, aunque su vino no es de coloración muy intensa.
Bonarda y Tempranillo, en superficies semejantes, son las tintas de vinificar más importantes después del Malbec en Mendoza.
Es muy frecuente hallarla como mezcla en viñedos de Malbec, aunque son numerosas las propiedades con parcelas puras de Bonarda. Se la ha buscado como alternativa frente al Malbec, sin embargo su calidad vínica no la puede comparar. 


UNA VARIEDAD QUE GANA VIDA PROPIA

Bonarda, una buena compañía

Hasta no hace mucho, la variedad bonarda era sólo usada para mejorar y equilibrar los vinos de corte. Hoy en día hay en el mercado vinos bonarda cien por cien.

Hasta no hace mucho, la variedad bonarda era sólo usada para mejorar y equilibrar los vinos de corte. Hasta que comenzó a cultivarse y elaborarse como merecía. Así lo demuestran los vinos bonarda cien por cien que hay en el mercado, y los bivarietales como el syrah-bonarda y el bonarda-malbec que logran duplas muy atractivas.

La bonarda llegó desde el Piemonte italiano para arraigarse con gusto en San Juan, aunque durante mucho tiempo pasó inadvertida vaya a saberse en qué cortes de vinos genéricos. Un buen vino bonarda se caracteriza a la vista por sus colores rojo rubí intenso hasta los violetas, pasando por los púrpuras. En nariz es intenso y se pueden encontrar aromas a frutos rojos-negros, o frutos del bosque bien maduros, como frutillas, moras, cassis y cerezas. Suele tener un fondo especiado. Si tiene madera se le suman aromas a vainilla y tabaco. En boca su ataque es agradable y dulce, de buena intensidad. Una de las características más importantes se ve expresada en la suavidad de los taninos bien maduros y amalgamados con la fruta.

Este vino se puede beber sin problemas a unos 17 grados y acompañar comidas medianamente condimentas, picadas o carnes rojas suaves. La variedad bonarda acompaña tan bien al malbec que se dice que es un corte típicamente argentino, ya que se usa desde hace tiempo con mucho éxito. Claro que ahora esa dupla aparece expresada en la etiqueta del producto y los cuidados de su producción en viña y elaboración son más esmerados, logrando alta calidad. El syrah-bonarda es otra de las opciones sanjuaninas que alcanza muy buen equilibrio. En blend o solo, con madera o jóvenes y frutados, ya se está convirtiendo en un clásico.

 

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